Investigadores del Hospital Universitario Torrecárdenas pertenecientes al grupo de investigación en Cáncer Colorrectal han publicado recientemente en la prestigiosa revista ‘BMC Cancer’ el estudio titulado: “Spatial and temporal variations in Spain in the standardised ratio of in-hospital mortality due to colorectal cancer, 2008–2014”, en el que abordan un método que permite comparar las muertes reales ocurridas en los pacientes intervenidos de cáncer colorrectal con aquellas que serían las esperables según su gravedad.
El grupo de investigación en Cáncer Colorrectal correspondiente al proyecto PI16/01931 (Instituto de Salud Carlos III) está integrado por varios investigadores del HU Torrecárdenas (el investigador principal el Dr. Juan Manuel García Torrecillas) y cuenta además con la colaboración de investigadores del Registro de Cáncer de Granada.
Se trata pues, de una metodología que confronta lo real, lo observado, con lo esperable a través de las estimaciones realizadas mediante modelos de predicción complejos.
Esta metodología, introducida por Jarman y Foster y de uso frecuente en Australia y los Países Bajos especialmente para detectar posibles alteraciones en la calidad de la atención entre hospitales, ha sido aplicada por primera vez en nuestro país y concretamente en Comunidades Autónomas, y no hospitales como unidad de análisis. De este modo, los autores han podido realizar por primera vez en España un mapa espacial y temporal de las discordancias entre los fallecidos reales y los esperables en nuestro país y detectar, año a año, en qué zonas geográficas de España es necesario incidir por si estuvieran ocurriendo problemas de sobremortalidad (aunque también informan de zonas donde la mortalidad es muy inferior a la esperable).
Los modelos matemáticos elaborados permiten conocer desviaciones en rangos elevados pero no alarmantes y otras desviaciones (“alarm limits”) donde es imperioso averiguar si existe sobremortalidad en estos procesos. De este modo, los autores han llegado a la conclusión de que Andalucía, Extremadura, Valencia, Asturias, País Vasco y Canarias tienen cifras de mortalidad observada que debieran ser objeto de estudio en detalle.
Del mismo modo se han localizado comunidades donde la mortalidad es muy inferior a la esperable, tal es el caso de Navarra, Cataluña y Madrid. En el resto de la geografía española, la mortalidad se mantiene dentro de los márgenes que las ecuaciones predictivas estiman como en rango de normalidad o esperable.
Otro de los hallazgos de interés en este trabajo es la discordancia entre las comunidades con mayor o menor muertes esperables y aquellas en las que la mortalidad es más elevada. De este modo se puede afirmar que hay un corredor norte-sur en España con baja mortalidad por CCR (Navarra, Aragón, Castilla La Mancha, Madrid, Murcia y Andalucía) donde hay una menor prevalencia de fallecimientos pese a que el riesgo pueda ser mayor. Esta no correlación entre muertes reales acaecidas y muertes esperables está ya dando lugar a nuevas publicaciones donde los autores pretenden obtener un score de riesgo de mortalidad, enteramente español, y que puedan poner en manos de los clínicos donde será de una inestimable ayuda.