Torrecárdenas

La enfermera Olga Orellana dona su obra ‘Corazón fresa’ a la Coordinación de trasplantes del Hospital Universitario Torrecárdenas

La obra representa el corazón, “simbolizando el amor del ser humano hacia su prójimo” y se ha instalado en la zona de donaciones del hospital almeriense

 

Después de sus años de trabajo en el Hospital Universitario Torrecárdenas, la enfermera Olga Orellana ha donando a la Coordinación de donantes del hospital referente de la provincia de Almería una pieza de cerámica confeccionada por ella misma que lleva el nombre de ‘Corazón fresa’ y que reproduce un corazón que simboliza el funcionamiento del cuerpo humano. Según ha explicado Olga Orellana, que ha entregado su obra al director médico, José Guirau, y al coordinador de trasplantes, Francisco Guerrero, su idea nació de forma “bastante repentina, del deseo de representar el corazón, simbolizando el amor del ser humano hacia su prójimo”. Anatómicamente hablando, la pieza tiene forma exacta de un corazón humano, sin embargo, tiene connotaciones de una fresa “para hacerlo más llamativo, divertido y alegre a los ojos. Conforme se iba construyendo la idea y dando forma en barro, visualicé su casa como el espacio dedicado a la Coordinación de donantes de órganos, un sitio honorable tanto por el trabajo del equipo de trasplantes como por el de los familiares y pacientes que deciden donar con corazón a alguien necesitado”.

“Estoy muy contenta de que la idea llegue a su destino idílico y que profesionales y usuarios puedan disfrutar de ella, creando armonía al espacio donde tienen que tomar decisiones trascendentales y difíciles”. La pieza está hecha con arcilla blanca de baja temperatura bizcochada a 950 grados, réplica de una original (que la enfermera Olga Orellana tiene en su poder), reproducida por molde de escayola, pintada con acrílicos y barnizada con barniz cerámico.

Orellana es enfermera desde hace más de 10 años, de espíritu aventurero y de las que creen que “el mundo puede ser un poco mejor si aportamos desde el amor por uno mismo y para con los demás”. Ha señalado, igualmente, que “mantengo un cariño especial por la UCI del Hospital Universitario  Torrecárdenas ya que fue en esta casa donde aprendí de la mano de grandes compañeros sobre cuidados intensivos. Recién llegada de Londres, donde trabajé como enfermera por primera vez, volví a casa para aprender de la enfermería clínica para luego moverme por otras unidades de cuidados intensivos en el territorio español”.

La pandemia la sorprendió en Madrid, en la UCI del Hospital Gregorio Marañon, tras llegar de un voluntariado en la ONG ‘Humancoop’ como enfermera en los territorios liberados del Sáhara Occidental. Matriculada en la Escuela de Bellas Artes de Almería, en el ciclo superior de Cerámica, “la vida me ha dado la oportunidad de compartir de nuevo con mis compañeros bolivianos de la ONG Solidaridad Médica España y aportar desde la enfermería y desde el arte, ayudando en la asistencia sanitaria y en la labor de pintar murales en el centro de la mujer víctimas de violencia de género situado en mitad de la Amazonía Boliviana”.