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El Hospital Universitario Torrecárdenas pone en funcionamiento la primera sala de rehabilitación mediante integración sensorial

Por 14 septiembre, 2022 noviembre 8th, 2022 Sin comentarios

Esta sala está diseñada para el abordaje de pacientes, tanto adultos como niños, con daño cerebral y algunos casos específicos de pacientes con mareo e inestabilidad de origen vestibular.

El Hospital Universitario Torrecárdenas ha puesto en funcionamiento la primera sala específica de evaluación y tratamiento en Integración Sensorial en un hospital público andaluz. Este proyecto se ha logrado gracias a la cooperación entre la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación y la Unidad de Salud Mental del hospital almeriense, así como a la donación de material por parte de la Fundación La Caixa.

Según ha explicado la doctora Silvia Gómez, responsable de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación, “para nuestra Unidad ha supuesto una innovación terapéutica por parte de la Unidad de Terapia Ocupacional, al ofertar por primera vez desde el Servicio Sanitario Público de Andalucía esta terapia, a la que actualmente solo podían acceder los pacientes de forma privada”. Esta sala de Integración Sensorial está diseñada para el abordaje de pacientes tanto adultos como niños con daño cerebral y algunos casos específicos muy concretos de pacientes con mareo e inestabilidad de origen vestibular con dependencia visual y somatosensorial.

Dentro de las ventajas y los beneficios de su implantación, entre otros destacan, el poder evaluar el procesamiento y modulación sensorial como posible causa que dificulte la recuperación de los pacientes con deprivación sensorial secundaria a lesiones neurológicas y vestibulares. El modelo de Integración Sensorial de Ayres se basa en los modelos neurobiológicos. “La evidencia científica de este modelo toma cada vez más fuerza a la hora de abordar dificultades cuando la persona tiene que integrar los datos sensoriales del ambiente y del propio cuerpo para lograr dar una respuesta acorde a su contexto”, ha detallado la doctora Silvia Gómez.

Inicialmente este abordaje se centró en la explicación de problemas neuromotores o cognitivos de niños sin una disfunción neurológica clara (retrasos del desarrollo con deprivación sensorial). Actualmente, se está ampliando la aplicación del modelo a otras patologías y no solo al rango de edad infantil, sino también se empieza a aplicar en el rango de edad adulta e incluso en la vejez. Para ello, los dos principales pilares de intervención de este modelo son por un lado las consecuencias de una incorrecta modulación sensorial y por otro, el procesamiento sensorial. Esto puede ocurrir cuando alguno de nuestros sistemas sensoriales (tacto, vista, olfato, gusto, propiocepción) no registra o no interpreta de manera correcta el estímulo que recibe del ambiente o de nuestro cuerpo, o cuando existe un mal funcionamiento neurológico, de manera que nuestro sistema nervioso central no tiene las habilidades necesarias para integrar correctamente toda la información sensorial que está recibiendo.

Lo que ocurre en ambos casos es que “la respuesta que emite el individuo no será acorde a los estímulos que está recibiendo. Por ejemplo, hay personas que son hipersensibles a nivel táctil, y cualquier estímulo por suave que sea, lo perciben como una agresión; del mismo modo si la persona fuera hipersensible a nivel vestibular, ante cualquier movimiento de su cuerpo, su sensación sería la de sufrir una gran inestabilidad”, ha señalado la responsable de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del hospital almeriense.

Desde Rehabilitación se abre la oportunidad de que las Terapeutas Ocupacionales especialistas en Integración Sensorial puedan trabajar con este modelo en auge, en la mejora en la autonomía personal de aquellos pacientes con disfunciones sensoriales o umbrales sensoriales alterados como por ejemplo, la alimentación de líquidos a sólidos, torpeza al vestirse o atarse los zapatos, estreñimiento, rechazo a las costuras…, en general dispraxias e hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial, mejorando su calidad de vida, y además conseguir la mejoría en aspectos sensoriales, motores y de conducta de los pacientes atendidos, así como entrenamiento en estrategias de manejo para sus cuidadores.