Torrecárdenas

En recuerdo de todos tus compañeros del HUT y en especial de toda la Unidad de Cirugía a nuestro querido compañero el Dr. Ricardo Belda Poujoulet

El pasado día 8 de enero nos dejó, de forma repentina, inesperada e injusta el Dr. Ricardo Belda Poujoulet, que fue Jefe del Servicio de Cirugía del Hospital Universitario Torrecárdenas, nada menos que durante 27 años.

Nadie con un mínimo de honestidad puede negar que, durante todos estos años, dejó alma y vida por este Servicio y por este Hospital. Sufrió y disfrutó, con pacientes y personas. En la lucha diaria, ganó – siempre nos decía “ganar, ganar”- y perdió, pero siempre luchó. Fue la raíz quirúrgica de muchos y excelentes cirujanos y también un impulso crucial para todo aquel que, inexperto y ávido de Cirugía –con mayúsculas-, acudió a su Servicio, donde siempre la encontró, ya que siempre fue un jefe –un maestro- generoso, no solo para enseñar, también para algo quizá más importante, para “dejar aprender”. Y es que enseñaba a “pensar” la Cirugía de forma lógica y honesta, con firmeza y resolución, con base científica pero sin academicismos.

Transmitía una Cirugía “culta” pero sin erudiciones vacuas y lo que es más importante, lo hacía mostrando siempre una humildad abierta y sincera. Lo decía Unamuno, pero perfectamente, lo podría haber dicho él: “Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrese lo tonto que será”.

En el trato personal su implicación fue honesta y directa –a veces demasiado directa- interesándose siempre en las vidas de aquellos a los que siempre consideró “su gente”. Y es que era un conversador especial: lúcido, perspicaz, de ramificaciones brillantes, casi excesivas y – como afirmó su hijo, el Dr. Ricardo Belda Lozano- repleto de un magnetismo casi misterioso. Le gustaba hablar de todo, de Cirugía y de Personas, de lo superficial y lo profundo, siempre aderezando la conversación con un sentido del humor inteligente y campechano, dejando gracias a ese estilo tan suyo, un regusto agradable, ocurrente y sabio de los que siempre se recuerda. Y que siempre se recordará. Recuerdos entrañables de noches, días, de cirugías difíciles, compartidas, seguidas de esa paz extenuante tan “quirúrgica”. Recuerdos de risas y algunas lágrimas, sentimientos, frustraciones, éxitos, amistades, discípulos y compañeros.

Alguien dijo que “conforme el camino avanza, el horizonte se expande”. En el Servicio de Cirugía del Hospital Universitario Torrecárdenas hemos avanzado mucho junto a Ricardo Belda Poujoulet. En estos días, nuestra sensación es de vacío, de falta de sustento, de resquicios en nuestras raíces. Pero hemos heredado su fuerza, su impulso inquebrantable y seremos dignos discípulos de su ímpetu vital y quirúrgico.
Como dice un proverbio francés –tan francés como el propio Ricardo- “vivir es recordar”. Nuestra esperanza se halla en el recuerdo que dejo de sí mismo y en el significado que su vida tendrá para todos nosotros. Y es que en la muerte no hay mayor dignidad que la vida que la precedió. Como dice una emotiva plegaria: “Que su memoria sirva de bendición”.

Ángel Reina Duarte
Jefe de Servicio de Cirugía G. y Digestiva
Hospital Universitario Torrecárdenas